No es la primera vez que escuchamos «El consumidor es lo más importante», en efecto en la era en que vivimos el consumidor lo es todo, literalmente TODO. Con este panorama el marketing y sus herramientas deben romperse la cabeza para que los usuarios sepan que las marcas están a su disposición y que están dispuestas a mimarles hasta el final. Esta es la razón por la que el marketing ha desarrollado una nueva idea: Pasar de las clásicas 4P a las 4C. Y ¿esto qué es? Muy sencillo: si antes el marketing centraba toda su energía en el producto, con la llegada de las 4C esta atención se traspasa a los consumidores.

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¿Cómo sustituimos entonces estas 4P?

No hablamos de «Producto», sino de «Consumidor»

En esta nueva era, el producto deja de ser la variables más importante y es remplazada por el consumidor. Las marcas deben buscar a los consumidores, descubrir qué quieren y necesitan; entonces nos ponemos manos a la obra y creamos el producto, adaptado a lo que el consumidor necesita. Lanzamos el producto perfecto.

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Adiós «Precio», hola «Coste/Beneficio»

El tiempo del cliente es ahora lo más valioso: los consumidores ya no buscan solo un buen precio sino también un buen producto. Para el cliente, es más satisfactorio obtener un buen producto que conseguirlo barato.

Un ejemplo claro es el servicio post venta: los consumidores están dispuestos a pagar un producto de precio mayor si va acompañado de un servicio post venta de calidad. Los usuarios quieren que la marca les preste atención antes, durante y después de la compra del producto.  

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La «Plaza» quedó atrás, ahora importa la «Conveniencia»

No hay que estar en todos lados. La estrategia de distribución masiva (vender los productos en todos los puntos de venta) puede funcionarle a marcas como Coca-Cola, pero no todas las marcas deben distribuirse en todos y cada uno de los puntos de venta.

Actualmente las marcas deben estudiar cuáles son los sitios donde los consumidores quieren adquirir sus productos. Es importante conocer cuál es el ambiente adecuado para vender el producto o servicio, y a través de que canal llegará mejor a nuestro público final.

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Deja de «Promocionarte» y empieza a «Comunicarte»

Un estudio realizado por la empresa Yankeivich confirma que cada persona se encuentra expuesta a una media de entre 3.000 y 20.000 anuncios al día, de los cuales solo recuerda un 12%. Esto sin contar la exposición de los individuos a imágenes de marcas y logotipos…

Con estos datos, es inevitable que el marketing y la publicidad vayan perdiendo efectividad y los consumidores comiencen a ser entes pasivos ante los impactos publicitarios. ¿Qué hacemos entonces para llegar al cliente? la respuesta es clara: comunicarnos.

Las marcas deben establecer relaciones con sus consumidores, escucharles y hablar con ellos, es necesarios crear una relación bi-direccional, al fin y al cabo el cliente lo es todo y comunicarse con él es la única manera de comprender sus necesidades y así poder ofrecerle los productos y servicios que necesita.

Comunicarse con los consumidores no es tarea fácil, primero debemos detectar cuáles son los medios adecuados para llevar a buen puerto esta comunicación, para después crear un mensaje potente, unificado y coherente con nuestra marca.

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Nos encontramos ante un gran cambio y es necesario trabajar duro para pasar de las 4P a las 4C, pero tranquilos, estamos de enhorabuena 😉 A nuestro favor tenemos las redes sociales, que pueden sernos de gran ayuda para comprender lo que los consumidores quieren y necesitan, y nos permiten comunicarnos de manera rápida con ellos.

Esta nueva manera de entender el marketing aporta beneficios importantes a las marcas: además de mejorar las ventas, nos permite ser más cercanos y conseguir que los consumidores presentes y futuros sientan verdadera pasión por sus marcas.