A lo largo de la historia de la publicidad hemos podido disfrutar de grandes campañas protagonizadas por los más pequeños: solemos recordar los anuncios por sus protagonistas, su música o por las emociones que nos despiertan y hoy venimos hablaros del fenómeno de los niños anuncio. Pongamos a prueba vuestra memoria publicitaria en este viaje retrospectivo 😉

children spot

Los protagonistas más pequeños están de suerte: ser un bebé-anuncio tiene la ventaja de que los niños no te reconocerán en el cole, salvo que les cuentes que un día grabaste una campaña para televisión.

Cuando los niños ya saben hablar, empiezan los peligros: las frases que diga un niño-anuncio pueden marcarle de por vida. Esas frases que les hacen repetir cuando están en algún encuentro social con sus padres («¡díselo a ellos como en el anuncio!»), como el famoso chascarrillo «toro, toro y toro» con el que Catalana Occidente consiguió colarse en nuestras vidas.

El efecto del «niño anuncio» también se apoderó de la compañía Airtel. Para comunicar la promoción de Navidad, sentenció al pobre Edu a una Navidad que duraría toda la vida. «Hola, soy Edu, feliz Navidad»

En esta década se emitieron numerosos spots protagonizados por niños: el ejemplo por excelencia es el del primo de Zumosol. ¿Qué niño no iba a querer hartarse a zumo si de esta manera iba a crecer tanto como su primo?

 

Para acabar con los ejemplos de los niños que se vieron envueltos en este fenómeno tenemos a Yahel, el niño surfero al que fichó Cola-Cao. Para nosotros Yahel siempre va a tener 10 años y esto es consecuencia de ser un niño anuncio.

Anuncios y anuncios protagonizados por niños que con el paso de los años vuelven a ser noticia, como por ejemplo el niño de Kinder. ¿A cuántos niños-anuncio habéis echado de menos en este post?