Las niñas también quieren ser heroínas, no princesas. La barrera entre lo «rosa» y lo «azul» se puede romper, y las niñas furiosas vuelven a poner su empeño esta Navidad para evitar que los fabricantes de juguetes sigan poniendo mensajes sexistas en sus juguetes. En esta causa, las redes sociales se convierten en herramientas de viralización de los mensajes de las niñas más enfurecidas, que están poniendo entre la espada y la pared a más de una marca de juguetes.

Hace unos años, Riley se quejaba de cómo las empresas engañan a los niños, haciendo que desde pequeños tengan claro que las niñas tienen que comprar los juguetes rosas, y los niños los azules. Su discurso, grabado improvisadamente en una tienda, ha recibido más de 5 millones de visualizaciones en Youtube.

Lejos de quedarse en un fenómeno aislado, cada vez son más las niñas que protestan a sus padres por el sexismo en los juguetes. Y, a través de las redes sociales, sus palabras, cartas, fotos y quejas impulsan un movimiento social que exige el cambio a los fabricantes.

Let toys be toys

Este año, la imagen de la hija de Karen ha dado la vuelta al mundo gracias a Twitter: más de 12.000 personas han retuiteado la cara de indignación de la pequeña Maggie, de 7 años, cuando vio el cartel de juguetes divertidos para niños.

Su tweet ha tenido eco en el movimiento ‘Let toys be toys‘, que defiende que, en materia de juguetes, pensemos fuera de la caja (sea rosa o azul). A través de las redes sociales, están pidiendo a la industria que dejen de frenar la imaginación y hobbies de los niños limitando la promoción de sus juguetes como productos adecuados para niñas o para niños. Reclaman el cambio a través de su página web, solicitando la máxima difusión compartiendo sus mensajes, facilitando un directorio de empresas que no promueven estereotipos y ofreciendo catálogos de regalos alternativos. En Twitter cuentan con más de 14.000 seguidores, y más de 15.000 fans en Facebook.

LEGO Friends

En 2012, LEGO tuvo que hacer frente a una crisis de reputación relacionada con sus productos «LEGO Friends», que proponía que las niñas jugaran a disfrutar del día con sus amigas y acudir a hacerse la manicura al salón. Todo rosa, por supuesto. La campaña #liberateLEGOs consiguió más de 69.000 firmas a través de la petición en change.org, y protestaban no sólo por los colores de los juguetes, sino también por la estrategia de marketing de la compañía en las tiendas, ya que al distribuir los juguetes en pasillos de «chicos» y de «chicas» está condicionando el gusto de los menores. lego friends Ante la generalización de las críticas, LEGO publicó un comunicado en el que defendía su producto y lamentaba que su mensaje se hubiera interpretado como un producto únicamente para niñas. «Queremos corregir cualquier mala interpretación que LEGO Friends sólo es para niñas. No es el caso. Sabemos que a muchas niñas les encanta construir y jugar con la amplia variedad de productos LEGO«: así, LEGO Friends es sólo un jueguete más que pueden elegir los padres para desarrollar las habilidades e intereses de sus hijos.

Juguetes para todos

Cada vez son más los fabricantes que evitan la distinción de juguetes para niños y niñas, y cada vez son más los gestos que ponen de manifiesto que se está corrigiendo este sexismo en la oferta para niños. Por ejemplo, Apple organiza las aplicaciones para niños por edad, en lugar de por género. Juegos no sexistas como los creados por Toca Boca, en los que no hay barreras rosas ni azules, han tenido más de 70 millones de descargas online desde 169 países. En 2012, Top Toys (marca franquiciada de Toys’r’us en el norte de Europa) publicó un catálogo con roles intercambiados entre niños y niñas, algo similar a lo que ha publicado este año Toy Planet: en su nuevo catálogo, podemos ver a niños empujando carritos de bebés, poniendo la lavadora o jugando con cocinitas, y niñas subidas en motos y camiones. Las empresas del sector son ya conscientes del problema, y están adoptando una actitud positiva enfocada al cambio. Queda mucho por hacer, y, seguro, las redes sociales seguirán siendo fundamentales en la recopilación de apoyos para continuar luchando contra el sexismo en los juguetes.

Imagen destacada | Damien Roué