Terminando con nuestro repaso dentro de la familia del marketing, hoy le ha llegado el turno al street marketing. Al igual que el ambient marketing y el marketing de guerrilla, comparte el objetivo de llamar la atención del consumidor sirviéndose de los espacios abiertos y públicos, con unas técnicas que no necesariamente implican que haya que invertir una gran cantidad de dinero, pero que sí consiguen un gran impacto.

Cuando hablamos de esta técnica jamás nos estaremos refiriendo a unos soportes rígidos e inamovibles, si no todo lo contrario, ya que los únicos límites serán aquellos que quieran generar los diseñadores mientras desarrollan su idea y por supuesto el cliente que lo contrata. Aunque sea una técnica novedosa, no hay que confundir la originalidad con el «todo vale» porque puede dañar de forma considerable nuestra profesionalidad. Al igual que una acción de Street marketing poco cuidada puede ser contraproducente porque puede ofrecer una mala imagen primero del cliente, y segundo, de nuestra agencia.

Como siempre, la marca que siempre sorprende con sus campañas no podía no haber utilizado esta técnica. Hablamos de Coca-Cola que llevó a cabo esta acción el 14 de febrero haciendo a las parejas consumidoras de una forma muy especial.

Esta idea fue de una empresa tecnológica: creó una parada de autobús que preguntada cómo se sentían las personas que esperaban en ella y así luego les sorprendía de manera muy impactante. Desde luego, seguro que ninguno de los que allí esperaban hubieran imaginado que aparecería de todo menos un autobús.

En 2013 Heineken lanzó «El Candidato», desde luego una campaña muy creativa. Esta acción se llevó a cabo para cubrir un puesto en la empresa a la que aplicaron 1.734 personas. El proceso de selección y la viralización fue un éxito y desde luego, ¡no nos extraña!

Otras campañas como esta de M&M’s, brillan por su sencillez. Se hizo en París y acabaron bailando el Gangnam Style en la Torre Eiffel.

El último ejemplo que queremos mostrar es mucho más cercano ya que se hizo en el Metro de Madrid, concretamente en la estación de Callao coincidiendo con el estreno de la película El Gran Gatsby. Aquí el Street Marketing se fusionó con ambient marketing y desde luego el resultado fue inmejorable.

Y tú, ¿qué técnica prefieres?