Wallapop va a acabar con la poca cordura que me queda. Esta aplicación se presenta como solución a todas esas cosas que no usas para ganar dinero con ellas; un mercadillo virtual que cuenta ya con más de 13 millones de usuarios. Todos conocemos el funcionamiento de Wallapop: encuentra chollos y oportunidades cerca de tu zona a precios increíbles. Todo parece muy prometedor y la teoría está muy bien, pero ¿quién no ha librado alguna batallita -o batalla campal- con un desconocido a través de esta aplicación? Aquí hoy os traemos los casos más guerrilleros basados en hechos reales ;D

WALLA

Wallapop se lanzó en octubre de 2013 y en cuestión de semanas consiguió hacerse un hueco entre los principales portales de segunda mano del país. Si bien es cierto que muchos usuarios han tenido experiencias satisfactorias en las que han comprado o vendido productos en perfecto estado a personas completamente cuerdas, podemos encontrar un elevado porcentaje de usuarios que han tenido experiencias catastróficas con otro tipo de individuos.

giphy (3)

Cuando uno está indignado con algo, lo primero que hace es compartirlo por las redes, por lo que no es de extrañar que los casos más catastróficos de Wallapop hayan acabado haciéndose virales. Después alguien tuvo la genial idea de recopilarlos y crear el némesis de Wallapop: Wallapuff.

Aplicación de compra-venta… en principio

El objetivo de esta aplicación está claro, ¿no? Comprar o vender artículos que ya no usas. FIN. Sin embargo, aunque nos cueste asimilarlo, hay personas que ligan por Wallapop -o al menos lo intentan-. ¿En qué cabeza cabe? Quiero decir. Existen aplicaciones que sirven expresamente para conocer a otras personas, ¿es necesario dar una imagen de pervertido a alguien que quiere comprarte una estantería? Pues sí. Habrá gente que se lo tome con humor y otros tantos incluso se sientan acosados. Cuando parece que tienes cerrado el trato y que vas a conseguir una preciosa lámpara para tapar la esquina de tu apartamento de los gatos, te pueden llegar a sorprender con mensajes de este tipo…

wallawar

Ante todo, ¿educación?

Si hay algo que prima en Wallapop es la educación de sus usuarios. Como siempre, existe de todo. Si tienes suerte, puedes encontrar a alguien interesado en tu colección de VHS que te abre chat con un: «hola! ¿sigue disponible este artículo? Me interesa» y quizá estés ante una persona que verdaderamente va a conseguir que hagas hueco en el mueble del salón. Sin embargo, todos nos hemos encontrado con la versión contraria del usuario agradable: el «Te doy 10€ por todo» -sin rodeos y sin historias: al grano- y ante tu negativa, recurren a insultos y mofas…¿por qué, Señor, por qué?, ¿tanto les cuesta a las personas ser un mínimo de educadas?

Y por supuesto están los míticos que te reservan el producto para dejarte plantado o decirte que se lo han vendido a otro usuario que le ha ofrecido más dinero. El valor de la palabra se quedó con la educación también, ¿no?

Sin título-3 2

Cuando alguien nos regala una camisa con estampado de panteras y calaveras no nos lo pensamos: ¡Wallapop! Este pensamiento directo viene por que la app ha conseguido posicionarse en nuestro top of mind y no es para menos, ya que lo primero que pensamos cuando oímos su nombre es lo sencillo y lo inmediato que es usar esta app.

De hecho, Wallapop es el máximo exponente de un servicio SOLOMO: es social, es local (funciona por ubicación) y es móvil (nació como app aunque posteriormente se creó la web). Usar la aplicación es (por ahora) gratuito, aunque como modelo de negocio se están planteando tres alternativas: cobrar comisiones por cada transacción, mostrar anuncios de terceros o destacar productos que se encuentran en la app.

Y vosotros, ¿habéis librado alguna wallawar con alguien y queréis compartir esa batallita? No dudéis en contárnosla por nuestras redes, ¡nosotros tenemos bastantes que compartir!