El arte de la publicidad
En multitud de ocasiones se tiende a decir que la publicidad es un arte, lo que siempre ha ocasionado un debate sobre si es así o no lo es. La diferencia entre una y otra radica en la funcionalidad: estética, en el caso del arte, y comercialización, en el caso de la publicidad. Siguiendo este enfoque, el arte no sería publicidad, y ésta no sería arte, aunque tienen sus vínculos.
Hay una tendencia que lleva a la publicidad a utilizar determinados recursos artísticos y lo mismo ocurre a la inversa con el arte, como ocurre con el Gernica de Picasso que se convirtió en todo un símbolo contra la guerra.
En este post hemos querido mostrar que sí existe un vínculo entre arte y publicidad: múltiples campañas que se inspiran en obras de arte, y las adaptan a su producto, servicio o marca.
Las mejores campañas basadas en obras de arte
La Lechera de Johannes Vermeer.
Lo que vemos en el cuadro es la figura de una mujer que vierte leche de una jarra en un recipiente de barro que está sobre la mesa. La habitación es muy austera, no tiene más decoración que un cesto colgado en una de las paredes. La asociación con la marca láctea era sencilla: La Lechera aprovechó este cuadro para crear su seña de identidad corporativa, que ha ido adaptando y modernizando con el paso de los años.
Los relojes blandos de Salvador Dalí.
Esta obra de Dalí también ha inspirado numerosas campañas. Lo que representa este cuadro es la bahía de Port Lligar al amanecer, un paisaje onírico. Lo que llama la atención por la situación en el cuadro es la mesa, sobre la que se disponen dos relojes y un árbol incompleto, sin ramas ni hojas. El reloj más grande se escurre y se cae por el borde de la mesa y el más pequeño parece un reloj de bolsillo cerrado. Del árbol pende un tercer reloj blando. Llama la atención la enorme nariz que se encuentra en el centro del cuadro, y del que sale una especie de lengua y el ojo cerrado con largas pestañas. Esta figura que Dalí coloca sobre la arena, parece que está durmiendo y tiene un cuarto reloj blando que también parece derretirse.
El significado de los relojes es el tiempo que los ha reblandecido, aunque son relojes verosímiles que siguen marcando la hora. Dalí dijo sobre su cuadro: «Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando«.
Esta obra de Dalí ha inspirado numerosos anuncios, como este de la marca francesa de agua embotellada carbonatada Perrier, empresa que tras haber diseñado uno de sus carteles, volvió a tomar a Dalí como referencia creativa para esta campaña:
Una cadena de restaurantes toma como inspiración los relojes blandos para anunciar sus postres, tan «blandos» como irresistibles.
Por su parte, Lipton, además de inspirarse en la obra de Dalí, propuso una campaña enmarcada. ¿Un producto digno de museo?
La Madonna de Dalí
En el cuadro aparece una virgen con la cara de la mujer del pintor, Gala y el niño Jesús en su regazo. Tanto la Madonna como el niño tienen una abertura rectangular en su tronco. En el hueco del niño Jesús se encuentra un trozo de pan, lo que Dalí describe como un tabernáculo en el cuerpo de Jesús que contiene el pan sagrado. Los dos personajes están encima de un pedestal y bajo un arco, los diversos elementos del cuadro aparecen sin tocarse unos con otros, lo que representa el equilibrio que constituyen los elementos que forman el átomo. La concha de la parte superior significa para Dalí la vida. Nada que ver con su significado original La Madonna de Dalí da lugar a esta campaña publicitaria de una marca de equipos de audio.
Vincent Van Gogh
Una de sus series más famosas son los girasoles, en las que muestra las etapas de la vida de estas flores y que, en sus primeros cuadros aparecen solas ya que el jarrón lo incorporaría más tarde, y pinta los girasoles cortados o marchitos, con unos colores violentos y de fuertes tonalidades.
Lexus tomó como modelo Los girasoles de Van Gogh. En otras campañas también utilizaron obras de Salvador Dalí y Andy Warhol con la intención de que sus coches se consideren obras maestras de la automoción al igual que las obras de todos estos artistas.
Más allá de Los Girasoles, encontramos esta campaña de lapiceros que recrea «El café nocturno» de Van Gogh elaborado con el producto, cientos de lapiceros de colores.
Como vemos no todas las campañas de publicidad guardan relación con lo que los artistas querían expresar en sus obras cuando las realizaron. Aún así es de valorar la imaginación de los creativos a la hora de relacionar las obras de arte con los productos a la hora de promocionarlos y crear una campaña.
¿Conoces más ejemplos de campañas publicitarias inspiradas en obras de arte? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!