Las ciudades no serán como las conocemos dentro de 20 años. Es una afirmación obvia dado al rápido avance de nuestra sociedad pero, el cambio es llamativo. El último informe de Havas Media sobre el futuro de las sociedades urbanas estima que dos tercios de la población mundial vivirá en ciudades en 2050. Hoy por hoy, lo hace el 55%.

El estudio “New cities, new lives”, predice que nos encaminamos hacia una mayor vida urbana. La mitad de los encuestados coincidían en la importancia de vivir en una ciudad para tener más facilidades de trabajo y de salir adelante. De hecho, un 83% de los millenials encuestados piensan que las metrópolis es el mejor lugar donde pueden vivir los recién titulados. Aunque, también, un 58% afirmaban que vivir en ciudad era muy impersonal. Aseguran que las ciudades les llevaban a no tener un verdadero sentido de comunidad. Posiblemente, este dato siga aumentando paralelamente al aumento de la población en las ciudades.

 

Y, ¿cuál es papel de las marcas en la vida urbana?

La mayoría de los encuestados coincide en que vivir en ciudad aporta oportunidades, progreso, mayor acceso y aceptación. Uno de los hallazgos del estudio es que las personas quieren más flexibilidad laboral y comodidad; así lo demuestran 6 de cada 10 encuestados, que preferirían cobrar un salario inferior si pudieran trabajar desde casa.

Y aquí es donde entran las marcas, el estudio concluye que las compañías deben encontrar el balance perfecto entre su avance y el progreso de las ciudades. Ocho de cada 10 encuestados están emocionados con los planes de Google para construir ciudades inteligentes.

Los prosumidores buscan el cambio

Las marcas tienen la puerta abierta para interactuar con los prosumers que están deseando el cambio y abiertos a nuevas formas de trabajo y de vida. Pero hay un aspecto que cada vez quita más encanto a la deseable vida urbana: la contaminación.

En este sentido, la tipología realizada por el equipo de Research del Havas Group reúne a las personas en distintos grupos según concienciación y edad. Por un lado, están los Eco-Emergentes, tienen entre 20 y 34 años y están dispuestos a cambiar sus estilos de vida si con ello benefician al medio ambiente). Los Eco-Prácticos hacen un esfuerzo por reciclar y prefieren aquellas empresa que se comprometen a combatir las desigualdades sociales, son en su mayoría mujeres de entre 45 y 54 años. Por otro lado, los Eco-Indecisos, tienen 45 años o más y consideran que importante que una compañía opere con ética, les preocupa la contaminación. Y para acabar, están los Eco-Dudosos, aquellos hombres de 35 a 44 años y pocos están dispuestos a cambiar su estilo de vida para beneficiar al medio.