Cada día, el ajetreo de una agencia de publicidad nos puede hacer llegar a ser un poco Antonio Alcántara en los momentos de más presión. El estrés publicitario es una realidad, y acabamos saltando por cualquier tontería. Aquí os presentamos siete ocasiones en las que un publicista cualquiera se cagaría en la leche, Merche al más puro estilo Cuéntame cómo pasó.