Reconozcámoslo cuanto antes, compañeros. A veces en las agencias también somos un poco Hannah Baker y nos dan ganas de grabar alguna que otra cinta antes de cometer cualquier locura. ¿No creéis?

Por eso, queridos creativos, cuentas, directivos y clientes…Welcome to your tapes!!!

1. Jamás juegues con la optimista visión de futuro de un creativo.

«¿Dónde aparco mis sueños? ¿Dónde escondo al niño que habita en mí? ¿DÓNDE?»

2. Por favor, en serio, BASTA.

3. Esto es muy común pero, cuidado, justo después vienen los peligrosos «¿pero aún no lo tienes?»

Aunque un ASAP a tiempo a veces es muy socorrido, las cosas como son.

4. Conversar escuchando los sonidos de tus jugos gástricos pidiendo comida puede ser muy agradable… O no.

Son las dos y media de la tarde y tu cabeza solo es capaz de asimilar un «Grrrrgggrrg…Briefing…grrrrgrgrgrgr…target….grrrrrgrgrgrgr«.

5. «La publicidad es un trabajo en equipo», decían…

Me hice fumador social y se me acabaron congelando las pestañas en aquella horrible corriente de soledad.

6. Hace falta ser mal compañero para hacer esto.

Las largas y solitarias colas frente al microondas no son lo mismo sin tu compañía.

7. ¿Qué digo, mal compañero? Esto es de ser MALA PERSONA.

Llega un momento en el que la campurriana del desayuno se queda en tu garganta, bebes café para digerir aquello y ahí se forma una masa que ni el hormigón armado. Eso ya ni sube ni baja. Y claro, ahí es cuando lloras. Sin embargo, esto con los croissants a media mañana en una charla informal por tu cumpleaños seguro que no pasa.

8. Pensaste que era una reunión de cinco minutos, pero ya lleváis dos horas y media.

9. Todos deberíamos tener la libertad de elegir si queremos ser gente fitness o no.

10. Esto provoca daño moral. Real.

Un trauma difícil de superar. Yo solo quería salir de la cueva.

11. Es a partir de aquí cuando realmente no encuentras motivos para seguir viviendo en esta agencia.

Porque si la vida fuese Twitter, te haría unfollow y te denunciaría por Spam. ¿POR QUÉ TUVISTE QUE HACERLO?

12. En estos momentos, la vida duele. Y mucho.

13. Más que una cinta, necesitaría el hueco de todos los cassettes, vinilos y CDs de la trayectoria musical de Isabel Pantoja para dedicarte todas las palabras de odio que mereces.

¡No puedo salir de aquí!

Se acabó.